La festividad de San Frutos, patrón de Segovia, se celebra cada año el 25 de octubre. Frutos nació en el año 642, descendiente de una familia visigoda acomodada de la ciudad. Tras la muerte de sus progenitores, él y sus hermanos decidieron donar todos su bienes y pertenencias a los más necesitados, tras esto comenzaron su andadura hacia una vida de austeridad y retiro.
Tomaron rumbo hacia las conocidas Hoces del Duratón, en un primer momento se refugiaron en cuevas, hasta que más tarde se cobijaron en la iglesia que allí se ubicaba, en lo alto de la muralla de rocas que recorre el serpenteante río Duratón, la ahora conocida como Ermita de San Frutos. En este lugar, el santo no solo se dedicó a la oración sino que también, según cuenta la leyenda, se enfrentó a invasores, momento en el que tuvo lugar uno de sus milagros más conocidos, “la cuchilla de San Frutos”, en el cual se creó una enorme grieta en la roca, impidiendo el paso de los malhechores. El sendero hacia la ermita pervive a día de hoy gracias al emblemático puente que se yergue sobre la brecha.
En torno al nombre de “San Frutos Pajarero” giran una gran cantidad de teorías, algunas de ellas hacen alusión al amor que Frutos sentía por los animales y en concreto, por las aves. Además, desde este enclave donde él vivía, se pueden avistar una gran variedad de aves. Se cree que el día que se conmemora su figura, puede ser debido a la fecha de su defunción, además de coincidir con el ciclo migratorio de muchas aves, por lo que en la antigüedad este día solía dedicarse a la caza de estas.
En la actualidad, la celebración pasa por diferentes tradiciones, desde la procesión a la ermita de San Frutos hasta el “Milagro del Paso de la Hoja”, en la noche del 24 al 25, amenizado por las tradicionales “Sopas del Santo”, unas sopas de ajo tan simples como deliciosas.
Otra de las tradiciones más jóvenes pero cada vez más arraigada es el pastel de San Frutos, creado hace 25 años. Está compuesto por una base horneada de manteca, harina y huevos, y una crema a base de nata montada con azúcar caramelizado, todo ello barnizado con una fina capa de mermelada de manzana. La guinda final del pastel la ponen la almendra troceada (simulando la paja del nido), la nata (simulando los huevos de los polluelos) y la figura del pajarito, creada por los usuarios de la asociación APADEFIM.
Os dejamos la deliciosa receta del Pastel de San Frutos, para que nadie se quede sin la ocasión de probar este especial y dulce postre.
Ingredientes:
(Para 12 raciones)
- 1/2 l de agua
- 100 gr de manteca
- 10 gr de sal
- 180 gr de harina
- 7 huevos
- 75 gr de azúcar
- 20 gr de maicena
- 50 gr de nata montada
- 1 vaso de leche
- Vainilla
- Mermelada de manzana
- Nata
- Almendra troceada
- Figura de un pajarito
Proceso de elaboración:
Para la base:
En una cazuela poner a cocer 1 ⁄ 4 litro de agua, junto con la sal y manteca, añadir 150 gramos de harina e ir removiendo hasta conseguir una pasta, incluir 5 huevos batidos y seguir removiendo hasta que se convierta en una pasta de textura cremosa. Por último, verter la masa en los moldes, ayudándonos de una manga pastelera. Hornear a 250ºC durante 10 minutos aproximadamente, hasta que su color se torne dorado.
Para la crema:
Ponemos a cocer el vaso de leche, mientras hacemos una papilla con 2 huevos, azúcar, maicena y vainilla, una vez bien mezclado, lo añadimos todo a la leche cociendo y lo volvemos a dejar cocer.
Una vez esté frío, mezclamos la nata montada y la echamos sobre la base anteriormente elaborada, ayudándonos una vez más de la manga pastelera. Rociamos la superficie con azúcar y lo caramelizamos con un soplete. Tras esto, ya solo nos queda darle un pequeño barniz con mermelada de manzana y decorarlo asemejándose a un nido con; la almendra troceada, nata, y por último y no menos importante, la figura del pajarito.