Sopas de ajo, un plato centenario

El origen de las sopas de ajo suele situarse en las regiones de Castilla y León, entre campesinos y pastores. En nuestra región el frío suele ser intenso, por lo que las sopas de ajo tenían una doble función: alimentaban, y calentaban. En la actualidad es un plato recurrente de la gastronomía castellano-leonesa, donde tiene un protagonismo especial en la celebración de la semana santa.

Las fuentes nos dicen que las sopas de ajo tienen un origen humilde; entre casas y cofradías circulaban las recetas de este plato, en las que lo fundamental era aprovechar al máximo el pan que sobraba para poder cocinar un plato de cuchara que fuese lo suficientemente contundente como para sustituir a la carne. Además, este plato tenía la particularidad de proteger y calmar los estómagos con la mucosa irritada que, gracias a las propiedades del ajo, reforzaba las defensas ante la temida gripe. También al alba, en las mañanas frías, los campesinos desayunaban sopas de ajo, pues tenían que levantarse porque esperaba una dura jornada de trabajo en el campo, y este plato les proporcionaba entonces la energía necesaria para poder cumplir con su ardua labor.

Como hemos visto, el pan y el ajo son los dos grandes protagonistas de este plato, y es una buena oportunidad para hablar un poco de uno de los socios de Alimentos de Segovia, la Asociación Ajo de Vallelado, y de las bondades de su producto. La semilla del Ajo de Vallelado se distingue por la uniformidad y el gran tamaño de sus dientes, que llegan a superar el doble del tamaño de los ajos importados de otros países. El fruto es blanco brillante, de textura crujiente, picante, aromático, muy sabroso y persistente en el paladar, siendo estas cualidades las que le han hecho ser un favorito dentro de las cocinas de varios chefs como, por ejemplo, Karlos Arguiñano. Vamos, una opción preferente si queremos disfrutar de un ajo de calidad, que sobresale por su sabor y su tamaño frente al resto.

Como curiosidad, y para ir terminando con nuestra visita a las sopas de ajo y al Ajo de Vallelado, echemos un ojo a un poema del dramaturgo Ricardo de la Vega que nos habla sobre las siete virtudes de las sopas de ajo:

Siete virtudes

tienen las sopas

quitan el hambre,

y dan sed poca

Hacen dormir

y digerir

Nunca enfadan

y siempre agradan

Y crían la cara

Colorada”.