En la provincia de Segovia hace más de 40 años, algunos pioneros decidieron lanzarse a la aventura de cultivar una planta que hasta ese momento no era común en la zona. Gracias a esa decisión, la provincia de Segovia es hoy uno de los mayores productores del país de plantas de fresa.
Pero la historia de la fresa proviene de mucho tiempo atrás. Para comenzar, el nombre de fresa proviene del término latino “fraga” (fragancia) y de la palabra francesa “fraise” (fresa), ya que fue en este lugar donde las especies silvestres y autóctonas se cruzaron con otras variedades. Las fresas silvestres estaban presentes en varios puntos del globo terráqueo, siendo de un tamaño menor a las que conocemos hoy en día y con un potente olor. Al otro lado del charco también existían las fresas, algunas de las especies más populares eran las fresas de Virginia y las fresas chilenas. Fue la primera de estas especies la que se introdujo en Europa, allá por el S.XVIII para cruzarse con las plantas autóctonas de la región y más tarde con la variedad chilena, dando lugar a una fresa más prominente y sabrosa que es la que consumimos en la actualidad.
Esta especie originada en Francia y sus posteriores variedades son las que han hecho que Segovia sea uno de los principales exportadores de planta al resto del mundo. El cultivo de la fresa comienza en torno al mes de abril cuando los tallos de la planta madre se siembran en los campos segovianos, durante todo el verano se cuidan meticulosamente, suministrándoles la cantidad de agua necesaria para su buen crecimiento. Es ya durante el mes de octubre, cuando el frío otoñal detiene su crecimiento, el momento idóneo para iniciar su recolección. Tras su primera etapa de vida, se trasplanta en tierras más cálidas, como es el caso del sur de España, Marruecos o algunos países del sur de Europa.
Este clima segoviano junto con los suelos arenosos de la comarca del Carracillo hacen que su crecimiento sea mucho más fructífero, siendo esta comarca una de las principales zonas de cultivo en la región, alcanzando el 60% de la producción de planta de fresa de la provincia.
En el Carracillo destaca la localidad de Chañe, donde varias empresas se dedican desde hace décadas con mucho esmero y cariño al cultivo de esta fruta. Algunas de estas empresas forman parte de Alimentos de Segovia como es el caso de Viveros El Pinar y Viveros Campiñas, ambos especialistas en producción de fresa y otros frutos rojos. Cada año su producción va en aumento y la variedad de plantas que ofrecen también, es por ello que en Viveros el Pinar ya tienen su marca comercial de frutos rojos de temporada, “Mumu” que se puede adquirir en varios supermercados. En Viveros Campiñas también cuentan con una marca dedicada exclusivamente a sus frutos rojos “La Cesta Campiñas”.
Las fresas son una gran fuente de vitamina C, K, ácido fólico, potasio y hierro. Tienen inmensidad de beneficios para salud entre los que pueden destacar su efecto protector contra enfermedades cardiovasculares, dado que contribuyen a reducir la presión arterial, los niveles de colesterol LDL y los triglicéridos. Por su alto nivel de hierro son un aliado ideal para combatir la anemia y debido al elevado aporte de proteínas que contienen promueven una buena salud del sistema digestivo. Además, también ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y son un perfecto antioxidante para nuestro organismo. Su aporte calórico y niveles de azúcar son muy bajos, por lo que son un fruto recomendado en dietas de pérdida de peso.