Buñuelos segovianos en el Día de Todos Los Santos

El 1 de noviembre es conocido como el Día de Todos los Santos. Es una festividad de origen cristiano y su celebración proviene de rendir homenaje a los fallecidos en una de las mayores persecuciones del Imperio Romano. En sus comienzos, esta festividad se celebraba durante el mes de mayo; fue ya el Papa Gregorio IV quien cambió su fecha al primero de noviembre, ya que ese día coincidía con la celebración del año nuevo celta, denominado “Samhain”  (palabra gaélica que significa fin del verano).

El “Samhain” es la base del actual Halloween, en este día se festejaba el fin de la temporada de cosecha y del verano, dando paso en el calendario celta a un nuevo año. Se creía que durante esta noche los espíritus volvían al mundo de los mortales y por ello era común dejar ofrendas y velas en las puertas de las casas, a la vez que se hacían rituales para comenzar el nuevo año y ahuyentar a los malos espíritus. 

Con el paso de los años estos dos rituales se fueron entrelazando, dando lugar a nuevas costumbres y tradiciones. Pero lo que nunca falta en ningún tipo de festividad es su gastronomía tradicional y este día no podía ser para menos. En Segovia tenemos algunos postres típicos en este día, como son los buñuelos y huesos de santo, su origen se cree que es morisco, aunque en la época del Imperio Romano ya hay reseñas de un postre con forma de globo denominado “puñuelo”, al que puede hacer referencia a los actuales buñuelos, sin embargo, no fue hasta el siglo XVI que se afianzó su elaboración.

En lo que se refiere a los huesos de santo su elaboración como tal es algo más tardía, ya que data del siglo XVII cuando comenzó a hacerse frecuente el uso del mazapán, este dulce simboliza de forma cariñosa los huesos. Como ya sabemos la base principal de los huesos de santo es el mazapán, su forma es cilíndrica quedando el interior hueco para poder rellenarlos con lo que más nos guste. El relleno original trata de yema y azúcar, todo ello barnizado con una fina capa de glaseado de azúcar.

Los buñuelos, sin embargo, se elaboran a partir de una masa escaldada a base de agua y sal, a la que se va añadiendo los distintos ingredientes; la harina, huevo y mantequilla, la cual se utiliza para elaborar una masa más fina y delicada. Ambos postres tienen un sinfín de opciones, desde añadir algunos condimentos a la masa como ralladura de limón o miel, a rellenarlos al gusto con diferentes cremas.

Este día de Todos los Santos puedes disfrutar de alguno de estos postres en varias pastelerías segovianas, en Alimentos de Segovia contamos con varias pastelerías dedicadas a la venta o elaboración de estos dulces. 

En la Panadería Los Mellizos, situada en Carbonero El Mayor, puedes encontrar tanto buñuelos como huesos de santo. Si te gustan los rellenos clásicos, aquí encontrarás tanto rellenos de crema como de nata y si te gusta algo más innovador, también tienen de trufa. Además, también cuentan con pasteles especiales de Halloween, como la tarta Red Velvet o Carrot Cake, adornadas con unos simpáticos fantasmitas y telas de arañas.

Si pasas cerca de Santo Tomé del Puerto, no dudes en hacer una parada en la panadería Juan Sanz. Allí elaboran unos deliciosos buñuelos con relleno de chocolate, crema o nata, no puedes quedarte sin ellos.

En la pastelería Delicias de Cuéllar y en la panadería M.Sanz de Boceguillas, también se dedican estos días a la elaboración de estos dulces, donde además de buñuelos también puedes disfrutar de los huesos de santo. En esta última, aparte de los sabores tradicionales, también puedes degustarlos con sabor a trufa o si eres amante del queso, con relleno de crema de queso.

Según nos ha contado alguno de los pasteleros, el relleno de crema está delicioso ya que combina perfectamente con la textura frita del buñuelo; pero tú puedes combinarlo con tu sabor preferido y ya sabes, según cuenta la leyenda por cada buñuelo que comemos sale un alma del purgatorio.