El amor por la tierra a través de unas viñas centenarias

Joaquín, Rodrigo, Ignacio y Diego son cuatro hermanos con un objetivo común: ‘hacer provincia’ con los vinos de origen segoviano y luchar por fomentar su consumo local.

Su amor y arraigo por nuestro territorio los empujó a adquirir en el año 2016 unas viñas casi centenarias de uva garnacha en Martín Muñoz de las Posadas, que habían sido cultivadas durante décadas y de manera totalmente artesana por un vecino de la localidad, Paco Barrero Alonso.

La uva garnacha es una variedad que en los años 80 abundaba mucho en España; sin embargo, con los años empezó a popularizarse la vinificación del tempranillo o el tinto fino por nuestra geografía y se dejó un poco de lado esta variedad, que es más frutal, con más grado, pero muy rica en boca.

Gracias a la recuperación de estas viejas cepas, que cuentan con más de 70 años de vida, y a la colaboración que han establecido con Bodegas Zarraguilla (D.O Valtiendas) para llevar a cabo la vinificación, los hermanos González-Herrero Camiruaga producen desde hace cinco años un vino de carácter monovarietal, que reposa entre 8 y 12 meses en barrica de roble francés, dinámico y muy agradable en boca.

Su nombre, Oinoké, es de origen celtíbero y viene a describir la jarra que se usaba en los ritos celtas y que se compartía por toda la comunidad como alegoría de la fraternidad.

“Es un vino único en la provincia de Segovia y perfecto para chatear”, según nos cuentan. Y es que uno de los objetivos es que se convierta en un referente de algo que nos gusta tanto a los segovianos como es el chateo.

Los contrastes tan extremos entre el gélido invierno y el calor del verano propios de la campiña segoviana y la altitud en la que se encuentran estas viñas, 900 metros sobre el nivel del mar, se reflejan en un vino que cuenta la propia historia de este paisaje.

Se trata de un viñedo cuya disposición es en vaso, que es la forma tradicional y el sistema más antiguo de cultivo, y que consiste en que la vid no dispone de ningún tipo de sujeción ni apoyo para conducir la vegetación, como sí sucede en el sistema en espaldera. Esta forma de conducción de los viñedos produce un vino de mayor calidad y todo el proceso de trabajo, desde la poda hasta la vendimia, se realiza de forma manual.

Además, Bodegas Camiruaga utiliza un abono natural de oveja, que es una alternativa a una fertilización mineral, que es más contaminante. De hecho, en las nuevas parcelas que tienen previsto cultivar en esta temporada, utilizarán en torno a unas 60 toneladas de este tipo de abono, lo que significa también una clara apuesta por la sostenibilidad en sus procesos.

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